Porque papá es nuestra referencia del arquetipo masculino, la imagen que tenga de él, es la que tendré de los hombres.
Si no tuve su amor, su compañía, lo buscaré en otros hombres, en otras parejas, permitiré abusos, promesas incumplidas, relaciones tóxicas por miedo, miedo a estar sola.
Me haré dependiente de los demás, y más de los hombres, o en su contrario les mandaré señales, de que no los necesito que no me importan, que yo puedo sola, y se van a ir o me van a traicionar, o no me van a apoyar o ni siquiera se me van a acercar.
Porque él representa la autoridad, el orden, la estructura, los límites, el respeto, la perseverancia, y si estuvo ausente o me hablaron mal de él o no fue respetado en su rol, en sus capacidades no lo integraré, y me faltará en mi vida disciplina y metas, tendré un desorden en mi economía, en el rumbo de a dónde voy, de lo que quiero, me costará poner límites me costará decir NO, tajante y con fuerza.
No tendré respeto a la autoridad, los retaré, los rechazaré, pensaré que ellos son el problema y no yo, pero es porque no me gustan las reglas, las normas, las consecuencias.
Papá es el sol, la luz, la motivación, la fuerza para transformar e ir por lo que queremos, con un plan, con una estrategia.
Integrar su energía me ayudará a tener la energía del sol, y nada me detendrá incluyendo mis miedos.
Integrando su fuerza me ayudará a creer, en mis capacidades, en mi voluntad, y volveré nuevamente a confiar, en los demás, en mí y en la vida.
Por eso hay que sanar a papá.
Créditos a su autor.
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